30 dicembre 2013

En Las Tierras de Potosi - un passo

Dal libro En Las Tierras De Potosi, del boliviano Jaime Mendoza, scritto nel 1911 (si consiglia la lettura ai conoscitori dell'idioma spagnolo):

- Salvajes! - repitió el contador -. Yo no acepto nada de eso. El obrero, por mucho que se le trate bien seguirá robando, porque el instinto del robo está en su sangre; porque roba por vicio, porque roba por aquello del...del... que es?
- Atavismo? - dijo uno.
- Justamente.


El médico y otros se rieron.


- Señor Rivera, a seguir la tesis de usted, vendriamos a parar a la conclusión de que la tierra no es sino lo que dice Lord Byron: “una gran caverna de ladrones”.
Se levantaron de la mesa.


El contador continuó aún vociferando contra los obreros ladrones, y detuvo al médico, que quería irse.


- La verdad es, doctor, que sus compatriotas son demasiado exigentes. Nosotros traemos aquí los capitales, la civilización. Queremos implantar grandes industrias... y no se reconoce. No es esto ser salvajes?
El doctor, sin abandonar su calma, contestó:
- Y por qué traen ustedes sus capitales y su civilización? Es por algún fin altruista? No es por aprovecharse de eso ustedes mismos? Acaso usted está impulsando por un móvil humanitario? El interés, la conveniencia: nada más, señor Rivera.
- Bueno; sea cual fuera el móvil, pero el hecho es ese: nosotros venimos a contribuir al adelanto del país.
- Convenido. Pero también existe este otro hecho: con ese adelanto y todo, el obrero, aqui, se halla tan mal o pero que antes.
- Doctor!
- La verdad, señor Rivera! Ustedes no traen aquí la felicidad, aunque traigan la civilización. Felicidad y civilización no son sinónimos. La situación del obrero boliviano sigue y seguirá siendo pésima. Lo que, por otra parte, no es tan admirable si se tiene en cuenta que este es un pais de salvajes. Lo admirable es que en el pais de usted, que se da de más civilizado...pero no digo su pais, más lejos aún, los mismos paises que marchan a la cabeza de la civilización mundial, como Inglaterra o Norte América, son también aquellos en que el obrero está en peor situación. No es cierto?

Y el médico se despidió del contador, y se fue, acompañado de Martín, que le había estado oyendo no poco sorprendido.

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